Reflexión 29 de Marzo (2)

PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR 
Os envío el desarrollo cronológico de la Pasión del Señor, con el deseo de que os ayude un poco más a INTERIORIZAR la UNIÓN que debemos tener estos días con el Señor Jesucristo en el mayor SILENCIO INTERIOR posible.

RELOJ DE LA PASIÓN DE JESÚS

JUEVES SANTO

SEIS DE LA TARDE: Jesús se ciñe con un lienzo, y echando agua en una bacía, lava los pies a sus discípulos, los enjuga y besa. ¡Qué humildad!
A LAS SIETE, instituye el Santísimo Sacramento, dando a los sacerdotes el pasmoso poder de convertir el pan y vino en su Cuerpo y Sangre preciosísima. ¡Qué amor!
A LAS OCHO, va al huerto de Getsemaní; y a pesar de la tristeza y sudor de sangre, ¡cuán fervorosa y constante es su oración!
A LAS NUEVE, es entregado por Judas, preso, cargado de cadenas y abandonado de sus discípulos: ¿y no le has entregado tú también alguna vez?
A LAS DIEZ, le llevan a casa de Anás: ¡cuán diferente entrada hace hoy en Jerusalén de la que hizo el día de Ramos! ¡Qué terrible bofetada le dan!

VIERNES SANTO
A LAS CUATRO DE LA MAÑANA. Ha sufrido esta noche infinitos escarnios en casa de Caifás: Pedro le ha negado tres veces, y ahora gritan todos que es blasfemo y digno de muerte. ¡Qué ingratitud!
A LAS CINCO, le conducen ante Pilatos ¡qué insultos por las calles! ¡Con qué furor le acusan!
A LAS SEIS, es presentado a Herodes; le visten una ropa blanca y escarnecen como a loco; ¡y es la Sabiduría infinita!
A LAS SIETE, Pilatos le  compara con Barrabás y ¡ay!, es pospuesto a tan vil asesino.
A LAS OCHO, mírale atado a la columna, y despedazado con más de cinco mil azotes.
A LAS NUEVE, le hincan en la cabeza una corona de setenta y dos espinas. ¡Qué tormento!
A LAS DIEZ, dice Pilatos: Ecce homo, mostrándole al pueblo y éste pide feroz que sea crucificado. Cede el cobarde juez y le condena a muerte
A LAS ONCE, sale ya con la Cruz a cuestas. ¡Qué caídas tan dolorosas! ¡Qué amargura, cuando encuentra a su Madre! ¡Qué palabras tan tiernas dirige a las mujeres que le siguen!
A LAS DOCE, le desnudan y clavan en la cruz: ¡qué ignominia! ¡Qué tormento!
A LA UNA, ruega por sus verdugos, abre el paraíso al ladrón; y nos da por Madre a su propia Madre: ¡qué bondad!
A LAS DOS, se queja amorosamente con su Padre: tiene sed, ¡y le dan  a beber hiel y vinagre!... Ya todo se acabó
A las TRES, entrega su Espíritu al Padre Eterno, y muere por mi amor. 
A LAS CUATRO, le bajan de la cruz; ¡qué escena aquella tan tierna! ¡Qué lágrimas! ¡Qué coloquios!
A LAS CINCO, mira  a Jesús en los brazos de su Madre, y, viendo sepultado a su hijo, toma parte en su dolor

Y a partir de aquí, el SILENCIO y la SOLEDAD lo invade todo.
No olvides ante el Monumento de rezar por los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI