Reflexión 20 de Marzo

Buenos días 
Sigamos avanzando en el camino cuaresmal, tomando cada uno  CONCIENCIA de la realidad personal; más allá de lo que uno quisiera que fuera e incluso, más allá de lo que uno se cree de sí mismo. No se debe obviar que la propia persona puede tener "agujeros" que, o no reconoce o no quiere verlos, para no tener que reconocerlos y asumirlos.
¿Te habías dado cuenta que TÚ NECESITAS DE LOS DEMÁS?
La contestación ya sé que es afirmativa, pero, ¿Cómo PIDES su ayuda?
O, ¿más bien la EXIGES? Porque tú dices que "tienes todo el derecho a que te den lo que necesitas, incluso sin que lo tengas que decir o pedir".
Es muy conveniente REVISAR dos aspectos en la vida de las personas, que suelen manifestarse al final en defectos, digamos que por su mala gestión, más que por otra cosa.
Me refiero al ORGULLO y a la VANIDAD.
El ORGULLO en principio es algo positivo, ya que se trata de un sentimiento legítimo de satisfacción por capacidades o méritos, que permiten lograr beneficios y éxitos.
En cambio, cuando este ORGULLO lleva a la persona a un exceso de AMOR PROPIO por creerse superior a los otros y aparece la ARROGANCIA, la situación toma otros rumbos que manifiestan la (absurda) VANIDAD, que terminará cegando a la persona de tal manera que al final, no es que la rehúyan los demás, sino que incluso ella misma ni se aguantará su, llamemos, 'tontería'.
¡Qué razón tenía Santa Teresa de Jesús, cuando decía: "La HUMILDAD es andar en la VERDAD"!
HUMILDAD, HUMILDAD es lo que necesitamos siempre tú y yo.
Ahora ya nos espera la REFLEXIÓN PERSONAL, y la ORACIÓN por las intenciones y necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI