Reflexión 6 de Enero

Buenos días en la SOLEMNIDAD DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR.
En este día grande en el que JESÚS se MANIFIESTA a todos los hombres, y de forma singular a los pueblos gentiles, representados en los Magos de Oriente que van a ADORARLE, nosotros necesitamos traspasar todo el sentimiento y ternura que ofrece esta Fiesta, para PODER MIRAR al Niño Dios, y en ADORACIÓN PROFUNDA preguntarnos si le hemos dejado que se nos MANIFIESTE, que se nos REVELE en lo más íntimo de nuestro ser.
¿Que qué quiere decir esto?
SENCILLAMENTE que el SEÑOR JESúS no es otro cualquiera con el que me relaciono y él conmigo.
Sino que, como Dios que es, el ENCUENTRO CON ÉL afecta al NÚCLEO MÁS PROFUNDO Y SERIO de la propia existencia.
Nunca puede ser una "relación" más en mi condición humana, que unas veces se frecuenta con asiduidad y otras se produce un apartamento, casi sin saber porqué.
JESÚS SE NOS MANIFIESTA y nosotros hemos de acogerle como lo que es: EL SEÑOR DE MI VIDA Y DE MI HISTORIA, que se implica en toda mi existencia, ¡SI LE DEJO, CLARO!.
Qué bonito es ENCONTRARSE HOY con el DIOS INFANTE, que se abre a cada uno de nosotros para hacernos participes activos de su REINO: Reino de Justicia, de Paz y de Amor.
Con ALEGRIA Y GOZO hoy nos toca reflexionar acerca de nuestra VERDADERA RELACIÓN con el Señor Jesús y hasta dónde le permitimos que se implique en nuestra vida.
SÉ VALIENTE, ENFRENTATE A TU VERDAD COMO CRISTIANO.
Ofreciendo al Dios Infante nuestra Pobreza, recemos a la SAGRADA FAMILIA por todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI