Reflexión 18 de Diciembre

Buenos días.
¡Virgen de la Esperanza!
¡Virgen de la O!
¡Virgen de la Expectación! 
¡Virgen de la Espera...!
Son Títulos estos de la Santísima Virgen con los que se quiere señalar la proximidad del NACIMIENTO DEL SEÑOR y la actitud que a esta fecha mantenía MARÍA, sin duda en la plena identificación de San José con Ella.
Hoy la Iglesia MIRA y CONTEMPLA a MARÍA en esta entrañable situación.
En estos dias previos a la NATIVIDAD DEL SEÑOR vivamos de la mano de la Liturgia la preparación de este gran acontecimiento.
Mirad lo que nos proclama el Evangelio de la Misa de este día, que nos lo ofrece para la meditación personal.
"JOSÉ, su esposo, que era JUSTO y no quería denunciarla, decidió REPUDIARLA EN SECRETO. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le APARECIÓ en sueños un ángel del Señor que le dijo: JOSÉ, hijo de David, NO TENGAS REPARO en llevarte a MARÍA, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados".
En este texto sagrado podemos comprobar hasta qué punto Dios respeta la libertad de las personas. Piensa y verás.
Sólo cuando San José ha tomado la decisión propia, libre y voluntaria, de qué hacer con la situación de María, en razón de su embarazo y en el que él no ha intervenido, es cuando Dios ya da el paso de enviarle al Ángel para que le explique lo que está sucediendo.
Entendamos bien en qué parámetros se mueven las relaciones de Dios con las personas; tus relaciones de Dios contigo y las tuyas con Él.
Oremos, como cada día y al amparo de la Sagrada Familia, por todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI