Reflexión 17 de Noviembre

Buenos días. 
Cuando se acerca el fin de año se piensa cómo se va a celebrar, y se hacen todos los preparativos, con semanas de antelación, para esa fiesta del fin y del nuevo año.
En cambio los Católicos, que participamos, como es lógico, de aquella fiesta del fin de año, no caemos en la cuenta y, en consecuencia, no nos preparamos para el FINAL DEL AÑO LITÚRGICO y para el COMIENZO DEL NUEVO AÑO.
El próximo domingo, 26 de noviembre, celebraremos la SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO, con la que se cerrará el Año Litúrgico; y el siguente domingo, 3 de diciembre, comenzaremos el Nuevo Año Litúrgico con el primer domingo del ADVIENTO, del que ya tendremos ocasión de hablar dada la gran importancia que tiene este Tiempo del Adviento.
Os invito a esta preparación espiritual, aunque falte aún una semana para la primera y dos para la segunda, pues, primero la Iglesia nos invitará a mirar hacia el fin de nuestra jornada terrenal, y en el comienzo del Nuevo Año, nos invitará a vivir en VELA para ESPERAR LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR en Poder y Gloria, que es LA PARUSIA.
Ya sólo me resta recordaros nuestro compromiso en la UNIDAD de rezar por todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI