Reflexión 7 de Septiembre

Buenos días 
Mañana celebramos la Fiesta de la NATIVIDAD DE MARÍA.
Hoy, ya en la Víspera, podemos acercarnos a la contemplación de esta VIRGEN NIÑA, que Dios eligió para ser la Madre del Redentor.
En la Iglesia se suscitó una devoción muy acendrada a la DIVINA INFANTITA, que tanta Gloria ha dado a Dios como bien ha hecho entre los fieles cristianos, de forma muy particular entre los niños.
La Virgen María, en su nacimiento y en su infancia, nos ofrece puntos para la reflexión, que pueden llegar a ser de gran provecho para la propia vida.
La Virgen Niña nos ha de procurar el poder pensar en el don de la INOCENCIA, que debemos preservarla en los niños y que también debe estar presente en nuestras vidas, por mantener el alma limpia de culpa, liberándola, cuando se manche con el pecado, lo antes posible por la Confesión.
Por supuesto que podriamos agregar muchas más cosas, que podemos encontrar en la INFANCIA DE LA VIRGEN, si nos acercamos a ella con la sensibilidad de corazón suficiente como para poder descubrir tantas maravillas como Dios hizo en nuestra Madre y Guía.
Pero ahí queda para que cada uno ponga su propio corazón en el encuentro con la VIRGEN NIÑA.
A Ella acudimos hoy, con una especial confianza, para encomendarle todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guia. AMÉN.