Reflexión 13 de Septiembre

Buenos días.
Supongo que alguna vez habréis oido decir: No me entiende; no me entienden. Incluso, es posible que alguna vez, uno mismo lo haya pensado, o hasta lo haya dicho también.
Ante este sentimiento de no ser entendido, de no ser comprendido, habría que cuestionarse con una sencilla pregunta:
¿Entiendo y comprendo yo a los demás en el mismo nivel y exigencia que pretendo ser comprendido y entendido yo?
Fácil es pedir a los demás lo que para mí, ni me llego a plantear y menos exigir. Por aquí va el Evangelio que nos dice: "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten" (Lc 6,31)
Parece que es necesario primero atender a que nuestros comportamientos sean dignos y buenos, antes de exigīrselo a los otros.
Vamos, como cada día a orar con Fe y Esperanza por las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guia. AMÉN.