Reflexión 15 de Junio

Buenos días.
El que más y el que menos, cree tener suficiente experiencia en los diferentes aspectos de la vida, como para que a estas alturas se le obligue, o simplemente se le invite a seguir un 'aprendizaje'.
"Qué puedo aprender ya? Se dice la persona a sí misma. 
No es hora de estudiar,  Lo que había que saber ya está aprendido".
Este podría ser el razonamiento simple y sencillo, de cualquier persona adulta a la que se le convocara a seguir un aprendizaje en cualquier materia del 'bien vivir'.
Sin embargo, hay cosas que haciéndolas habitualmente, nos encontramos que se hacen con alguna deficiencia.
Por ejemplo: tú, SABES ver, SABES mirar?
El sentido de la vista me permite ver  personas y cosas, pero mis formas de VER y de MIRAR, interpretan convenientemente y bien lo que se ve y se mira?
El corazón de la persona lo condiciona casi todo, por no decir todo.
Recordar las palabras de Jesús: "Escuchad y entender todos, nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro, lo que sale de dentro (del corazón) es lo que hace impuro al hombre" (Mc 7, 14-16).
En pasajes paralelos a éste el Señor es más explícito incluso. Pero en todo caso, lo importante es que nos demos cuenta de la necesidad que tenemos de estar en un 'aprendizaje' continuo, para poder ir perfeccionando TODO lo que constituye el VIVIR de cada uno.
Preguntémonos con humildad y sencillez, cómo hacemos cada cosa, como el ejemplo puesto: saber VER, saber MIRAR. 
Pero igualmente hay que saber SENTIR, saber PENSAR, saber OÍR, etc.
Es el propio Evangelio el que nos dirá también, que de la abundancia del corazón habla la boca, sale el bien, sale el mal, según haya en el corazón; pero también 'hablan' los demás sentidos de la persona.
Reflexiona un poco y no abandones nunca el continuar el buen 'aprendizaje' de todo aquello que aún se necesite perfeccionar.
Sin olvidar, como cada día, las necesidades e intenciones de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía, por los que cada unos hemos de pedir al buen Padre Dios. AMÉN.