Reflexión 3 de Abril

Buenos días, retomando los pecados capitales que aún nos quedan por ver, vamos a plantear uno que hoy en día es un tanto difícil de exponer y otro tanto difícil de aceptar.
Me refiero a la LUJURIA.
Digo que es difícil de exponer y de aceptar porque vivimos unos tiempos en los que el relativismo y la permisividad son de tal magnitud, que no se acepta con facilidad la disciplina contra la satisfacción de deseos desordenados.
La LUJURIA lleva a la persona por los caminos del desorden moral, afectivo, sexual y sensual, porque es exceso o demasía, tanto en los deseos como en los comportamientos, principalmente en los referidos a la sexualidad.
La LUJURIA lleva a la persona que se entrega a ella, a vivir una "dependencia" ciertamente irracional, pudiendo ser causa de la pérdida del equilibrio emocional, trastornos del comportamiento y abandono de otras virtudes, como serian el respeto a las personas, la responsabilidad en los deberes y en las obligaciones, etc., pues se llega producir un embotamiento de la mente y del propio raciocinio de la persona.
Un autor dice que "la causa de la LUJURIA es la despreocupación por Dios, con lo que el hombre queda hundido en la irracionalidad sexual".
Veamos con Humildad esta realidad y ayudemos a superarla a quien pueda estar sufriéndola, aún cuando solo sea con una Oración muy intensa y responsable.
Y Hermanos de la Casa de la Madre y Guía, no dejemos de pedir ahora por el resto de los Hermanos. AMÉN.