Reflexión 12 de Febrero

ALELUYA!!!
ES EL DÍA DEL SEÑOR!
Padre Santo, en Nombre de tu Hijo Jesucristo, danos las gracias que cada uno de tus hijos de la Casa de la Madre y Guía, necesita. Amén.
Volvemos, Hermanos, a la Santa Misa, no sólo porque sea domingo y tengamos que ir, sino también en la meditación que venimos haciendo de ella. 
Hoy reflexionamos de la Plegaria Eucarística o Canon. 
Esta Oración, esta Plegaria, es, por su importancia, el CENTRO de la Celebración, toda vez que en ella se pide al Padre el Espíritu Santo que santifique el pan y el vino, y sean transformados en el Cuerpo y Sangre de N. S. Jesucristo, por las palabras consagratorias del Celebrante. 
Este es el momento cumbre de la Santa Misa, pues reúne en sí dos momentos extraordinarios:
En el que el Señor, en la Última Cena, instituye la Eucaristía, y en el que, en la CRUZ, entrega su vida. 
Dos momentos que todos sabemos, están unidos por la PASIÓN DEL SEÑOR. 
Como ya hemos indicado en otras meditaciones, es el momento de la Misa en el que podemos y deberíamos UNIRNOS plenamente al Señor, ofreciéndonos al Padre Dios con su Hijo Jesucristo.
Hemos de pensar con frecuencia que el cristiano está llamado a seguir la huellas del Maestro, y para actualizar la Redención y Salvación de Jesucristo hoy y para el mundo de hoy, Él necesita a sus discípulos que se entreguen en Él, por Él y con Él al buen Padre Dios, para el cumplimiento de su santa Voluntad.
Cuando Jesús recorría la Vía Dolorosa hacia el Calvario, nos cuenta San Lucas en el encuentro con las hijas de Jerusalén que les dice: "Si esto hacen con el leño verde, qué no harán con el seco" (Lc 23,31)
Hermanos, en cada Misa renovamos implícitamente las Promesas Bautismales: "Renuncio a Satanás... y PROMETO SEGUIR siempre y fielmente a Jesucristo".
Párate y reflexiona cómo son tus participaciones en las Misas a las que acudes.
FELIZ DOMINGO!!!