Reflexión 28 de Enero

Buenos días Hermanos.
Elevemos nuestro corazón lleno de buenos sentimientos a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que colme de sus bendiciones a cada uno de sus hijos de la Casa de la Madre y Guía. 
Terminada en la Misa la Homilía, el Celebrante invita a la Asamblea a que haga PROFESION DE FE. 
Bien es verdad que será únicamente en las Misas de los Domingos y de las Solemnidades.
La PROFESIÓN DE FE, la hicimos cada uno en el momento de nuestro Bautismo, y la actualizamos y la renovamos en la Santa Misa, aunque cada uno individualmente puede hacerlo cuando quiera, lo necesite o le venga bien. 
Es muy importante reflexionar sobre lo siguiente. 
Profesar la FE, NO ES REZAR EL CREDO. 
Se dice habitualmente cosa así como "vamos a rezar el Credo", lo cual no es correcto porque el Credo no es una Oración, si no que es la formulación explícita de la FE CATÓLICA. 
Rezar, es decir oraciones a cualquiera de las Tres Personas Divinas o a los Santos. 
PROFESAR es dar cuenta de una doctrina o compromiso asumido de una forma total, radical y existencial. 
Cuando renovamos la FE con el Credo, estamos afirmando en lo que creemos, por lo que estamos dispuestos a vivir y a morir, y a dar testimonio de esta FE siendo TESTIGOS DE JESUCRISTO. 
Es muy importante, por tanto, que te pares a pensar:
1. El CREDO no es una oración. 
2. Es la formulación, la fórmula con la que expresamos nuestra creencia en lo que es fundamental en la FE CATÓLICA. 
3. Su valor espiritual es incalculable, de forma que, por ejemplo, cuando se está muy tentado por el maligno, si se hace Profesión de FE, el enemigo huye; sencillamente porque expresamos las verdades fundamentales de la FE al afirmar: CREO... CREO... CREO..., con lo que el demonio no puede tener cabida en el corazón y no puede más que huir ante la presencia reiterada de Dios por mi PROFESIÓN DE FE. 
Merece la pena reflexionar y compartir.
Buen fin de semana.