Reflexión 22 de Enero

"La Palabra de Dios es viva y eficaz..." Hb 4,12
Una vez más nos encontramos con la actitud que hemos de mantener ante la Palabra, tanto cuando es proclamada en la Santa Misa, como cuando nos acercamos a ella, abriendo la Sagrada Biblia en cualquier lugar . 
La actitud más sencilla y acertada es: AMARLA!!!. 
AMAR LA PALABRA DE DIOS, sabiendo que en Ella siempre encontramos la LUZ del Espíritu que nos muestra caminos a recorrer y caminos a evitar. 
De aquí, que el tiempo de la Palabra en la Celebración Eucarística, sea muy importante. 
Por un lado, se ha de considerar la importancia de que la Palabra sea bien Proclamada, no vale una simple lectura, aunque sea buena; de aquí la necesidad de cuidar bien los lectores que lo han de hacer. 
Por otra parte, la necesidad de que la Asamblea acoja la Palabra con la mejor disposición, desde el máximo respeto y conciencia de que en ella y a través de ella, se está manifestando Dios.
El Santo Evangelio también sabemos la importancia que tiene. Y ya, tras su solemne proclamación, la Homilia del Celebrante. 
Ya tendremos que hablar en otro momento de la importancia de la Homilía, hoy solo quiero señalar una cosa. 
Nunca el Celebrante debería sentirse solo no distante de la Asamblea. Si él tiene la responsabilidad de Presidir y Celebrar, la Asamblea tiene el deber de acoger y arropar al Sacerdote. 
Qué bonito es que al finalizar la Proclamación del Evangelio, de forma espontánea, íntima y privadamente, pidamos al Espíritu Santo que le ilumine, y pueda predicar lo que uno necesita escuchar de parte de Dios. 
Hagamos la prueba hoy si no lo hemos hecho antes. 
FELIZ DÍA DEL SEÑOR!!!